jueves, 24 de enero de 2008

Extracto introductorio de las enseñanzas de la Ley Absoluta
Segunda parte

Lo que aquí se nos ha regalado aún no lo había habido nunca en esta Tierra ni volverá nunca a esta Tierra, pues estamos viviendo en el poderoso cambio de era. Con la profetisa y mensajera de Dios llega a su fin la tradición de los grandes profetas. ¡Viene Cristo mismo, el Hijo del Altísimo, nuestro Redentor! Esto lo anunció siendo Jesús, lo ha anunciado como Cristo y lo oímos una y otra vez actualmente a través de Su palabra profética: ahora viene Él mismo. Ya no como ser humano, sino en Espíritu, como Soberano de Su Reino de la Paz sobre la Tierra. Los profetas de Dios mayores y menores, es decir, los verdaderos profetas, han señalado de múltiples maneras el camino de Su venida.


El último de la poderosa tradición de los profetas, ha traído el más grande espectro de la ley eterna omniabarcante. Lo ha recibido de los Cielos para los hombres de la Tierra, y ante todo para los hombres del Nuevo Tiempo, que se mueven en dirección al Reino de Paz de Jesucristo, que ya se está edificando actualmente, en este tiempo en que la Tierra empieza a limpiarse de todas las futilidades y desechos.

Honra, alabanza, loa y agradecimiento a Él, al gran Uno universal en Cristo. Él no nos deja solos a nosotros los hombres. La ha enviado a ella, la profetisa de Dios en la tradición de los grandes profetas. Queremos dar también sencillamente las gracias al ser que hay en este ser humano, por el gran sacrificio y el acto de amor que ha hecho por nosotros, entre nosotros y con nosotros como hermana nuestra.

Con el presente libro se nos ha dado una grandiosa obra espiritual de enseñanza.

Él, el gran Espíritu, Cristo, nos conduce mediante Sus más elevadas manifestaciones, dadas a través de nuestra hermana Gabriele, a nuestra herencia espiritual-divina, a la ley eterna del amor. Desde ésta ha explicado también la ley de siembra y cosecha, la ley causal, indicándonos con ello cómo encontrar y seguir paso a paso el camino que nos saca de la estrechez del yo humano, de ataduras y del entramado del destino.

El presente libro, que queremos calificar de libro sagrado, se originó muy paulatinamente. Partes de él las enseñó previamente nuestra hermana en la Escuela de vida cósmica, la gran hora de enseñanza del Espíritu de Dios, sobre la Tierra.

Hasta la edición de esta obra de manifestación, el Cristo de Dios fue dando cada vez más legitimidades, y a través de Su profetisa hizo saber que Él, Cristo, explicará a través de la consciencia de Su instrumento estas legitimidades en la gran hora de enseñanza, la Escuela vida cósmica, para que los hombres de buena voluntad puedan mirar más profundamente en su herencia espiritual-divina, en lo que son como seres en Dios.
Continúa...

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